El aluminio reciclado es clave para la sostenibilidad

En plena etapa de eclosión de la gestión de residuos de cara a proteger el medio ambiente de la explotación desmedida de materias primas, existen ciertos tipos de metales que por sus propiedades y usos se están convirtiendo en exponentes del proceso hacia la sostenibilidad. El aluminio reciclado es un claro ejemplo de material totalmente renovable en sus aplicaciones presentando, al mismo tiempo, una gran resistencia al deterioro.

En el sector metalúrgico en su conjunto, existe ya una clara solicitud de propuesta hacia las empresas industriales y tecnológicas para que fabriquen sus productos con aluminio reciclado como material predominante. Actualmente, este recurso ya se está postulando como una opción variable a otros componentes como el hierro o el plástico. Este último de manera más necesaria puesto que el aluminio a diferencia suya no libera toxinas nocivas para el organismo de las personas. Además, sería buen momento para incentivar sus funciones a nivel global dado el descenso de su precio en aproximadamente un 2% por tonelada.

¿El metal más completo?

Tanto por sus distintos usos como por sus características, el aluminio quizá sea el material más óptimo para prestarse a las dinámicas propias de la economía circular. Es junto con el plástico elemento más utilizado para envasar. Además, su vida útil es increíblemente prolongada. Puede ser reutilizado una y otra vez fabricando con una misma pieza de aluminio multitud de productos nuevos. Aún hoy, el aluminio producido hace un siglo puede estar usándose. Además, cabría señalar que al se trata de un metal ligero que soporta las acometidas de los agentes corrosivos.

En consecuencia, el aluminio reciclado cada vez está más presente en las empresas productoras de todos los sectores. Su apogeo habla de una señal. La luz al final del túnel que trae consigo una correcta gestión de residuos, la economía circular como modelo a seguir y la preservación del medio ambiente.