EL COBRE Y LAS CHATARRERÍAS ILEGALES
EL COBRE Y LAS CHATARRERÍAS ILEGALES
Durante la crisis se disparó la producción y la exportación de COBRE, incluidos los robos y la proliferación de mafias. Ahora, la situación ha cambiado.
En esta noticia del periódico Elconfidencial entrevistan a un pequeño chatarrero del centro de Madrid. En la puerta había cuatro recicladores haciendo fila, pero la mayoría de las personas que descargan allí llevan carritos de supermercado. Hosco y desconfiado, cuentan, este chatarrero de barrio, no les quiere dar su nombre pero admite que «se factura menos» ahora que el precio internacional del cobre se encuentra desde el verano por debajo de los 5.000 dólares por tonelada, según el indicador de LME (London Metal Exchange).
También les comenta que «hay más control» por parte de las autoridades, que obligan a los gestores de residuos metálicos y responsables de comercios al por mayor de chatarra a registrar la identidad de cada vendedor de cobre y el origen del material. Las inspecciones son cada vez más frecuentes.
Realmente, la obligación de presentar el DNI para efectuar cualquier transacción en una chatarrería o gestor de residuos, no sólo para vender cobre, ha existido desde siempre. Recemsa lo ha exigido desde el primer día de su actividad. Que actualmente se hayan endurecido las inspecciones y haya mayor control favorece a las plantas de reciclaje que durante toda su vida han cumplido con la ley.
Según Elconfidencial, el aumento de los controles ayuda a prevenir que circulen impunemente, incluso fuera de nuestras fronteras, las toneladas de cable robado que han llenado las páginas de sucesos durante los peores años de la crisis.
De la competencia desleal y de intrusismo, este chatarrero no quiso hablar. Es un problema que preocupa y mucho y sobre el que queda un gran trabajo por hacer.
En 2009 el cobre llegó a superar el umbral de los 7.000 dólares por tonelada, lo que disparó los robos y el menudeo, ante un negocio fácil que estaba abrigado además por un sector legal «muy profesionalizado», según al directora de la FER.
La relación entre la variación del precio mundial del cobre y los picos en la actividad ilegal es íntima, según explica a ElConfidencial. «Si vemos las estadísticas que hace la Guardia Civil y la Policía de la evolución de los robos, los picos van iguales. De hecho, como ahora no está en los picos más altos, del 2014 al 2015 éstos descendieron en un 28%», añade. De acuerdo con el último balance de criminalidad del Ministerio del Interior de 2015, este delito ha caído otro 16%.
«Al sector no le interesa que el cobre esté muy alto porque atrae a los ladrones«, informan desde la FER.
«Aquí ahora llega sobre todo papel y chatarra de otros metales, menos cobre«, le comenta el chamarilero al periodista de Elconfidencial, al llamar la atención sobre la carestía del metal rojizo: «Ahora que no hay tantos cierres se desmontan menos industrias, claro«. Pero lo que desechan los consumidores y lo que se recoge en obras e industrias que cierran representan sólo dos patas de este negocio del reciclaje; el resto procede de los desguaces de vehículos. Y el testimonio de este chatarrero es tan sólo una de las caras de un complejo sector que exportó en 2015 más de150.000 toneladas de chatarra de cobre.
Entre 2005 y 2013, la producción de cobre creció alrededor de un 4.000% al pasar de la producción de 2.331 toneladas hace una década a 97.707 toneladas hace dos años, cuando se publicó la última estadística disponible.
Pese a ser España el tercer país productor de cobre en Europa, el 60% del cobre que se exporta es reciclado.
El descenso en las exportaciones se debe en parte en el mercado ilegal y en parte en la crisis que vivimos desde 2007-2008. En el sector del reciclaje tanto la crisis como la recuperación se vive un poco más tarde que en resto de ámbitos económicos, porque va a rebufo de otros sectores que proveen de materia prima al reciclaje.
Las más de 5.000 empresas que representa la FER (la mayoría Pymes) han «aguantado» hasta que al final del año pasado se han cristalizado en «reducción de empleos y han comenzado los cierres al haber carestía del material y un sector ilegal creciente que la administración no puede combatir».
¿Cómo trabaja el sector ilegal?
Es casi imposible calcular qué cantidad de cobre conseguido o transformado de manera ilegal se mueve dentro y fuera de nuestras fronteras, explica Elconfidencial. La razón es que ‘los ilegales’ trabajan con procedencias lícitas e ilícitas imposibles de controlar, según la FER, y además muchos de estos grupos trasladan por carretera las mercancías dentro del espacio de libre mercado europeo. La trazabilidad del cobre se consigue gracias al registro de las compras, que deben quedar reflejadas en el formulario que recoge la identidad del vendedor y el origen de la mercancía y que se envía directamente al Seprona, que cumple un papel inspector en la persecución de este delito.
Según fuentes del Seprona, la falta más habitual de un operador pequeño o mediano es «que descuide la exigencia a los proveedores, que puede ser una persona con una furgoneta llena de chatarra». «Pero también hemos detectado algunas chatarrerías ilegales, algún establecimiento que de forma clandestina hace acopio y transformación de material. Se trata de personas de nacionalidades distintas a la nuestra, que aprovechaban el valor de mercado del cobre en países emergentes como China para acopiarlo aquí y mandarlo cruzando Europa y Asia.
La directora de la FER explica que «las propias mafias que dan los grandes golpes crean sus propias empresas con maquinaria. Preparan el material, lo acondicionan o simplemente lo roban (incluso a nuestras empresas y a los puntos limpios) y esa misma noche salen en camiones por la frontera porque tenemos un mercado libre intracomunitario».
«Entonces, los dos destinos más típicos para mandarlos son vía Países Bajos, concentrado sobre todo en el puerto de Rotterdam, o vía Rumanía. Muchas organizaciones crean una empresa legal en Rumanía, envían la mercancía a esa empresa legal y ya en ese punto es imposible seguirle la pista al material«, explica. También José Miguel Ayllón, de la Asociación de Apoyo a Víctimas de Delitos, que desde este grupo da voz a algunos empresarios del reciclaje afectados por los robos va más allá y nombra las nacionalidades de las mafias con toda naturalidad: «son de Rumanía, Bulgaria, otros países de Europa del Este y China».
Fuente: Periódico El Confidencial, FER Recuperaciones.
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