El zinc ocupa el puesto número 23 como elemento más abundante en la corteza terrestre y es un metal fundamental en la industria, desde el revestimiento del metal hasta el uso farmacéutico, ya que el zinc es un gran protector del metal. Por ello, toda aleación de zinc un papel reseñable a la hora de utilizar este metal como escudo protector.
El zinc es un mineral blanco ligeramente azulado y brillante que puede ser quebradizo cuando está frio, se vuelve maleable y dúctil entre 100-150 ºC. Cuando entra en contacto con la humedad se oxida y se cubre de una capa de carbonato básico de color gris que lo protege de la corrosión.
Tiene una buena resistencia mecánica pero por lo que es realmente conocido es por su capacidad de protección, ya que el zinc es un gran protector del metal, por lo que se emplea principalmente como galvanizador de otros metales.
Cada año la industria mundial del zinc produce 9.8 millones de toneladas de este metal y la mitad se destina a la protección del acero frente a la corrosión.
La galvanización en caliente es uno de los sistemas más eficaces de protección del hierro. El ciclo de vida del acero, sin ningún tipo de protección, es de 2 años sin que pierda sus propiedades. Sin embargo con un recubrimiento galvanizado de zinc además de aumentar su resistencia, logra prolongar su duración más de 10 años.
El zinc es un metal muy duradero resistente a las rayaduras y ofrece un aspecto satinado que puede hacer el acabado del acero galvanizado más atractivo.
El acero galvanizado es barato y se puede reciclar varias veces. Por ello, se utiliza para una amplia variedad de propósitos: piezas de automóviles, embarcaciones y otros vehículos, estructuras de edificios o piezas de maquinaria.
Como principal desventaja del acero galvanizado es que existen algunos objetos de acero que no se pueden someter al proceso de inmersión en zinc fundido por su forma o tamaño y, aunque puedan galvanizarse mediante otros métodos, no ofrecen una galvanización de igual protección.
El zinc, no ofrece una protección perfecta. Este metal se corroe cuándo es expuesto de forma frecuente a factores externos como lluvia y agua de mar acortándose la vida útil de la pieza. Aún así dura más que el acero sin galvanizar.
Para solventar estos inconvenientes se puede recurrir a otras aleaciones como el acero inoxidable que se fabrica con una aleación de cromo.
Además del galvanizado, el zinc también se emplea para hacer aleaciones de metales, las más comunes son el latón y la zamak
El latón es una aleación de cobre con un porcentaje de de zinc que puede variar entre un 5 y un 50% y que en algunas ocasiones puede tener la adición de níquel o estaño.
La zamak es el nombre comercial que recibe la aleación de zinc como metal base con aluminio, cobre y magnesio.
Tanto el zinc como el acero galvanizado, el acero inoxidable el latón, la zamak, el aluminio o el cobre pueden ser susceptibles de reciclado. Una vez terminada su vida útil no debemos tirarlos a un vertedero, debemos ponernos en contacto con un gestor de residuos que se encargará de su correcto tratamiento y reciclado.
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