La Catedral de Chatarra, fe e imaginación de Justo Gallego
La Catedral de la fe, así es como se conoce a la edificación, realizada a base de materiales reciclados. Han pasado más de 56 años desde que Justo Gallego comenzara la construcción con sus propias manos, colocando la primera piedra el 12 de octubre de 1961, sin ningún conocimiento de arquitectura.
En más de medio siglo, son alrededor de 8.000 metros cuadrados repartidos en dos naves, dos torres, una cripta, más de dos mil cristaleras y una cúpula de 40 metros de altura que Justo ha erigido en Mejorada del Campo (Madrid) con sus propias manos, como él dice, en homenaje a la Virgen del Pilar. Empujado por su imaginación y su fe, como él mismo indica, la catedral está construida a base de neumáticos, latas de comida, ladrillos irregulares, bidones de plástico y mucho cemento. Sin ningún plano sobre papel ni cálculos técnicos, cómo se ha llevado a cabo el proceso es todo un misterio que, él mismo señala, jamás pensó llegaría tan lejos.
Una catedral que no cuenta con la aprobación del gobierno ni el respaldo de la Iglesia Católica, a pesar de llevar toda una vida dedicada a su fe. Justo Gallego quiso ser monje católico romano, pero la tuberculosis se lo impidió, ya que se vio obligado a abandonar la congregación ante el riesgo de contagio. Fue entonces cuando decidió comenzar con este proyecto en una parcela heredada de sus progenitores, para seguir consagrando su vida a Dios. Un arduo trabajo que ha dado como resultado una espectacular construcción que, si a simple vista impacta, en su interior aún alberga mayor sorpresa. Bajo el edificio se encuentra la cripta -donde quiere ser enterrado- capillas, casas rurales, claustros e, incluso, una biblioteca.
Un proyecto controvertido
Si al principio fue tachado de loco incluso por la Iglesia, el plan de Justo Gallego ha ido desarrollándose a lo largo de cinco décadas, llegando incluso a ser expuesto en el MoMA de Nueva York, junto a las 35 edificaciones españolas más significativas, consiguiendo colocar su catedral en el mapa. La voz fue aún más potente gracias al spot de Aquarius, bajo el lema “El ser humano es imprevisible”, pues el apoyo de fieles y voluntarios que visitaron la zona al hacerse eco de la historia le ha servido para poder invertir el beneficio económico en su construcción.
A sus 92 años, reconoce que el tiempo va en su contra, ya que queda mucho por hacer. Y ese es el temor tanto de Justo Gallego como de sus seguidores. Sin un proyecto avalado por un arquitecto que declare el edificio como seguro para uso público, la construcción corre el peligro de ser derruida. Si hace unos años declaraba que dejaría la Catedral de la fe en herencia a la Iglesia, la falta de apoyo por parte de la entidad ha hecho cambiar de opinión al creador de una de las obras más asombrosas que se hayan visto para dejarla en manos de Ángel, un fiel amigo que le ayuda desde hace más de veinte años.
El ayuntamiento de Mejorada del Campo presentó una moción para la legalización y protección de la Catedral como Bien de Interés Cultural. Aprobada por todos los grupos políticos, actualmente el Gobierno Municipal trabaja para reunir la documentación necesaria, así como la elaboración de informes y planos con el fin de enviarlo a la consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid.
A pesar de que a Justo Gallego no le gusta ser comparado con Gaudí, es cierto que hay similitudes en estos casos. Un proyecto catedralicio sin finalizar, en la que ambos dedican parte de su vida con el fin de culminar una edificación dedicada a Dios. La Sagrada Familia es hoy en día reconocida como la obra maestra de Gaudí, sigue en construcción y se ha convertido en uno de los monumentos más visitados de España. El final de la Catedral de Justo aún está por ver.
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