La crisis energética que vive actualmente Europa y Reino Unido tiene sus explicaciones en los modos de explotación de los distintos metales de cara a establecer suministros fiables. Es un hecho. También es un hecho que existen grandes dificultades de abastecimiento de metales de transición dentro de este problema. Este tipo de elementos son claves para el sector energético. Por ello es importante actuar ante la ineficacia de los canales de distribución tradicionales y establecer alternativas que puedan cubrir las necesidades de las sociedades.
Científicamente hablando son aquellos metales que se sitúan en la tabla periódica del 21 al 30, del 39 al 48, del 71 al 80 y del 103 al 112. Entre ellos, sin duda alguna vemos algunos metales desconocidos o cuyas aplicaciones no están muy divulgadas como el tantalio, el tecnecio o el rutenio (entre muchos otros). Sin embargo, también observamos metales con numerosas e imprescindibles usos como el hierro, el cobre o el níquel.
Estos elementos se diferencian del resto por multitud de rasgos. Estos son muy distinguibles y apreciables en lo que a su utilización para fabricar productos, objetos o estructuras se refiere. Estas son algunas de sus características:
La aparición en la agenda pública de estos preciados metales nace por la poca oferta de estos. Su explotación tradicional está en crisis, no hay un abastecimiento efectivo para la gran cantidad de demanda que existe, dentro de la fabricación de diversos productos. Esto también es especialmente apreciable en el ámbito tecnológico. No obstante, cabe señalar que la burbuja energética en la que nos encontramos afecta de lleno a las industrias del metal. Y por extensión a la producción de bienes. Y en esa ecuación se encuentran los llamados metales de transición. Se trata, sin duda alguna, de un colapso del modelo productivo tradicional.
Los precios de metales como el cobre, el estaño o el litio están tremendamente altos. Su demanda excede a la oferta que existe y los métodos y canales de explotación y suministro están agotados. Es necesario plantear un plan B. Métodos más acordes con la sostenibilidad y, al mismo tiempo, con el cuidado de las materias primas para que estas no desaparezcan o sean inservibles.
Por ello, ante todos estos problemas que impactan mundialmente en el consumo energético, la producción de manufacturas y artículos tecnológicos, es especialmente importante apoyar la reutilización de materias primas. También, por supuesto, de los metales de transición. Utilizar metal reciclado no solamente soluciona el problema del abastecimiento. También es razonable en lo que a la salud del planeta se refiere. De nada sirve continuar explotando su producción nueva en minas agotadas que, al mismo tiempo son grandes contaminantes. Gestionando correctamente los residuos se pueden volver a utilizar los metales para optimizar sus aplicaciones y dar cobertura a todo tipo de industrias.
Es por ello que, en El Chatarrero, incentivamos mediante nuestros canales de comunicación la importancia de reciclar metales de transición y de todo tipo. No solamente es un problema medioambiental (que lo es), no solamente es un problema económico a la hora de ahorrar costes de producción (que también lo es), se trata de un problema de escasez que poco a poco está limitando la capacidad de las industrias y la producción de bienes para la sociedad. El cambio, en este sentido, debe ser efectivo ya. ¿Te animas a solicitar más información al respecto?
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